lunes, 12 de marzo de 2012

La Felicidad es un estado de ánimo no una meta


El mundo sin Dios plantea una vida en donde el individuo alcance la anhelada felicidad, para ello crea diversos subterfugios que pueden involucrar muchas áreas, el ejemplo clásico  es que siempre pensamos en obtener cosas materiales que supuestamente nos darán felicidad, cuando tengo un carro seré feliz, cuando tenga una casa seguro lo seré, cuando me tenga mi propio negocio seguro que lo seré. Obviamente este enfoque está absolutamente errado porque solo es en Dios donde el hombre puede estar verdaderamente realizado.

No obstante el tratamiento del tema dentro de cierto sector del cristianismo es muy parecido al del mundo puesto que le presentan al inconverso una vida de “rosas” si aceptan a Cristo como Señor y Salvador de sus vidas, esto más que ayudar en la obra evangelística es contraproducente porque más temprano que tarde las personas se dan cuenta que sus problemas no disminuyen e incluso en algunos casos aumentan, es en este punto donde se genera la deserción dentro de las distintas asambleas que conforman la Sana Cristiandad.
Pero que nos plantea la Biblia, que el gozo del Señor es superior a la felicidad, la felicidad sencillamente es un estado temporal que depende de ciertos factores para que se cumpla. El gozo del Señor permanece para siempre, sin embargo puede llegar a perderse tal como lo plantea el Salmo 51:6-12

Pero el tener gozo es una elección que depende de una relación íntima con Dios que va más allá de los simples ritualismos y posiciones religiosas,  es un asunto de Fe porque todo don desciende de lo alto tal como lo planteó Santiago en su carta en el capítulo 1:17. Las circunstancias adversas de la vida no desaparecerán al seguir el camino de Cristo, pero Dios promete en su palabra que si nos aferramos a él tendremos fortaleza a pesar de lo que venga. Es como decía el apóstol Pablo es necesario aprender a sufrir por el Señor y en ese proceso estamos hasta que nuestro salvador venga…de nuevo.

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