sábado, 14 de abril de 2012

El evangelio no es un negocio


El marketing ha penetrado profundamente los cimientos de la Cristiandad, si no me creen sencillamente hagan lo que yo hice alguna vez, me dirigí a una librería cristiana porque quería saber los precios de algunas Biblias y los precios que me dieron me parecieron exorbitantes, luego yo le pregunto cual era su Biblia más barata y me dijeron que la Biblia del misionero que cuesta 40BsF (Cerca de 10$); curioso como soy le pregunte que clase de Biblia era y me respondieron que era una versión Reina Valera 1960 pero que estaba incompleta porque no tenia "comentarios".

Los nombres tienden a sorprendernos en demasía, y eso aplica para a todas las denominaciones, no es lo mismo que digas que vas a comprar una Biblia Reina Valera 1960 a decir que vas a comprar una Thompson, Macarthur, Scottfield entre otros. Inclusive existen Biblias que ofrecen variantes según el grupo etario o el ministerios pudiéndose hallar: la Biblia del joven, Biblia de la mujer, Biblia del ministro y asi por el estilo.

Las grandes editoriales saben que un nombre rimbombante equivale a mayores ganancias, pero ese no es el propósito por el cual las escrituras nos fueron encomendadas por Gracia Divina, si Dios no hace acepción de personas ¿Por que nosotros si? ¿Es posible que un creyente común y corriente pueda adquir una Biblia que le cueste casi su sueldo de un mes? ¿Por que el precio de las Biblias en vez de abaratarse cada vez más se revaloriza?. Las respuestas a todas preguntas yace en el hecho de que el negocio ha privado más allá de la misma fe en Dios proveyendole más importancia al dinero de lo que la tiene.

Vamos a utilizar las escrituras, específicamente el libro de los Hechos en su capítulo 8 desde el versículo 9 en adelante para detallar las características de aquellos que no obedecen a la voluntad de Dios sino a un deseo monetario o de marketing:

1. Simón el Mago el Arquetipo del engañador: La escritura detalla que este Simón el Mago era simplemente un imitador, alguien que pretendía ser grande, para ello utilizaba la magia como instrumento de su engaño, en aquella época era muy fácil de detectar ,el "Simón el mago" del siglo XXI no lo es, pero sus estrategias siguen teniendo el mismo patrón es una persona que se venderá a si mismo como alguien que es muy grande y que tiene la solución para todos tus problemas.

2.Simón el Mago el Falso convertido: Luego de que las artimañas del falso no dieron resultados dice la escritura que el mismo "creyó" en Dios; esta creencia en Dios es puesta en dudas con sus actuaciones más adelante; el cristiano mercantilista podrá aparentar estar de acuerdo con las verdades Bíblicas por un momento para pensar como sacar provecho de dicha relación.

3.Simón el Mago el Mercader:  Cuando este charlatán observó como el Espíritu Santo por medio de los apóstoles hacían grandes milagros no se le ocurrió otra cosa que ofrecerle dinero al apóstol Pedro, el cual lo rechazó y lo reprendió duramente, en este sentido aquel que es mercader querrá obtener la gracia y los dones de Dios a través de dádivas o colaboraciones, pensará que es la única manera que tiene de obtener los dones del Señor y lo rebajará a un simple producto de consumo.

Pues bien hermanos !el evangelio de Cristo no es un producto! ni mucho menos que un negocio, inclusive algunas estrategias que pueden parecer "buenas" pueden contener el mismo error que poseía Simón el mago que es equiparar la gloria de Dios con un simple producto como la Coca cola o la Pepsi Cola, nuestras estrategias de evangelismo no pueden ser las del mercado, porque Cristo nuestro Señor no es un producto que se necesite vender, somos los seres humanos quienes necesitamos a Cristo no viceversa.

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